dilluns, 25 d’abril del 2011

Maletas

Empaquetar todas tus cosas: la ropa, los zapatos, los jabones, el maquillaje, el cojín, los recuerdos y tú misma.

Cerrarlo todo con cremallera y partir hacia algún lugar con un pie en otro país y el otro en el tuyo. Porque dejas parte de ti en este último, parte de tu vida, parte de tu pasado y parte de tu presente. Te vas con ánimos de aguantarlo todo, de dar guerra, de empezarte a conocer a ti misma, de vivir. De aprender a estar sola y a hacerlo todo sola. Aunque no sea del todo cierto. Porque dejas parte de ti en otro lugar, porque te apoyas en alguien, porque, aun pese a la distancia y a saber que hay fecha de caducidad, crees en ello. Te vas porque crees que es la decisión acertada, porque te va a abrir puertas, porque vas a crecer. Porque vas a volver con medio mundo engullido y solo vas a necesitar un segundo para tragarte la otra mitad. Y cuando crees que no lo has hecho del todo mal, vuelve toda la incertidumbre. Vuelve el vacío. Vuelven los interrogantes y las horas perdidas en tus pensamientos. Has encontrado el punto donde mil flechas te indican caminos diferentes. Solo hay una que no tiene ni principio ni fin. Esa que se te ha cerrado. Que te han cerrado. Porque creías que habías aprendido, que te habías hecho de hierro, porque confiabas que con optimismo todo sale. Todo surge. Todo fluye. Pero nada de eso pasa.

La nube de rosa se vuelve más rosa. Fluorescente, de color chicle. Pero sigues sin entender nada. Admitámoslo, no sé improvisar. No va conmigo. No hay capacidad de reacción. Solo ganas de tumbarte en la cama sin hacer ni decir nada. La misma pregunta, una y otra vez. ¿Porqué? El porqué de todo. Creías haber encontrado un poco de sentido a tus días venideros, una razón en la que atenerse mientras el resto se tambaleaba. Importaba, pero poco. Tenías un apoyo para cuando el mareo aparecía. ¿Y ahora donde está? Se fue. Volviste a lo de siempre.

Y vuelta a empezar.

Empaquetar todas tus cosas: la ropa, los zapatos, los jabones, el maquillaje, el cojín, los recuerdos y tú misma. Para irte no sabes dónde, a hacer no sabes muy bien el qué y no sabes ni con quién.