dijous, 8 de març del 2012

Sellos

Ya no me acordaba de su sensación: calurosa, húmeda, suave, esponjosa. Quizá las cosas se sienten diferente a la luz de la luna y a temperaturas frías y distantes. Aunque fugaz, malintencionado y sin signficado, fue bonito. Ya no recordaba a qué olían los besos.

No fue días más tarde cuando me paré a pensar en eso. No había nada detrás de aquella meta disfrazada de ternura, nada más allá de ser simplemente un acto reflejo y movido por causas ambientales. No había sentimiento alguno, no había nada, sólo el vacío llenaba las espaldas de aquellos labios. Pero aún así pensé en él porque era el primero depsués de mucho tiempo. Y cuál muchacha aterrida, me sorprendí pensando: ¿lo estaré haciendo bien? ¿Era así o tengo que mover algo para algún lado? Volví a la inocencia de la juventud, de ese primer momento en qué no sabes qué hacer a cada paso que das. Qué triste y qué curioso a la vez.

Y es que puede sonar extraño pero me parece curioso. Hacía tanto tiempo que nadie me besaba que al cabo de unos días me sorprendía divagando por los rincones de mi mente, preguntándome porqué tanto alboroto por un besito cuando ya había dado algunos. Pero es que no recordaba la sensación de los besos. De esos momentos en que te fundes con la otra persona, labio con labio y aliento contra mejilla. De esos instantes en que el mundo parece detenerse, en el que todo parece silenciarse, en el que todo parece perfecto. Y me soprendí pensando que dar besos es bonito. Pero si hay algo detrás. De verdad, seré anticuada, sosa y todo lo que queráis pero besar por besar... es un poco cutre. Cutre en el sentido de que conviertes algo hermoso en algo reflejo basado en el más básico instinto del deseo momentáneo. Y hay que tener en cuenta que las mañanas siempre vuelven y sí, las cosas se ven diferentes a la luz del día.

A todo esto mi pregunta es: ¿puede hacerse una inmune al amor? ¿Puede una dejar de sentir nada por nadie o de que nadie sea capaz de despertar en ella más que un vago deseo?¿Me habré vuelto definitivamente loca y solitaria?

Pensar que nunca vas a ser capaz de volver a sentir nada por nadie asusta un poco. Los sentimientos son traicioneros, te hacen llorar, te hacen enfadar y otras tantas cosas más pero tienen otras muchas cosas bellas que te hacen disfrutar. La vida humana actual está llena de caminos y atajos, desviaciones que te obligan a encontrarte y conocer muchas personas a lo largo de todos los años por los que nos arrastramos en este mundo. En parte por ello es imposible no sentir nada por nadie a lo largo de todo este laberinto. Hay muchísima variedad de personas que nos despiertan cosas dentro del estómago: algunas náuseas (a veces literalmente) y otras mariposas. ¿Se puede haber dejado volar todas las mariposas que puedes llegar a sentir?

Los días pasan, los tiempos cambian y cada vez más, la soltería es un derecho y una opción de vida cada vez más respetada que tiene sus ventajas y desafíos. Pero es dura. Almenos eso es lo que me dijo un buen compañero. No estoy diciendo que salga cada día de casa en plan cazadora y con un anillo en la chaqueta para esposar al primero que encuentre. Antes prefiero ser vieja, solitaria y loca que confinarme a años de tortura con un desconocido. Simplemente me pregunto si alguien puede ser capaz de no volver a sentir lo que vibra en su corazón cuando quieres a alguien. ¿Puede eso suceder? Hay un poco de intranquilidad en pensar que eso puede llegar a pasarle a alguien. Sólo querría pensar que eso es uno de esos imposibles que por más que cante Maldita Nerea NO pueden pasar nunca jamás. Yo quiero creer en eso. Yo quiero creer que algún día volveré a ser un poco más humana y a sentir emociones por alguien. ¿O quizá nos obcecamos tanto por las cosas que no vemos que ya las tenemos a nuestro lado? ¿Será que mi Príncipe Azul duerme cada noche conmigo porque en realidad es ese pingüino que tengo al lado al que yo sólo veo como algo decorativo y me estoy preguntando si el amor existe para toda la vida cuando lo único que tengo que hacer es darle un pez para que se convierta en mi hombre perfecto?

Por el resto, creo que tengo que ir admitiendo que la gente de mi alrededor tiene razón. Cada vez estoy más loca.

Apunte: otra cosa que realmente NO existe: los príncipes azules. No existe ningún príncipe que quiera casarse con una plebeya. Además, ¿dónde pondrían sus caballos blancos? ¿En un piso de diez metros cuadrados? Si es que hay que ser borricos para creer en esa memez.