diumenge, 4 d’abril del 2010

Trabajo, trabajo, trabajo.

Hoy me ha vuelto a llamar.

"Tengo ganas de llorar".

Le diría que lo hiciese si no fuera porque se hizo una promesa a sí misma. Y romperla la haría sentirse mucho peor. Para ella ha dejado de ser una liberación. Para ella es un símbolo de debilidad y fragilidad. Y eso la encadenaría mucho más. Tiene cierto punto de orgullo en cuanto a promesas se refiere. Si acuerda algo, no le digas que rompa sus palabras. Ni tan siquiera se lo insinúes. Se cabrea y se vuelve agresiva.

"Estoy fumando como un carretero".
"Al final me voy a tomar en serio cuando dices que te vas a morir de cáncer. Contrólate".
"Ya lo sé. Pero no puedo. Me gusta pensar con un cigarro en la mano. Y ya sabes que pienso mucho".
"Debes aprender a estar sola".

No sabe hacerlo. Se derrumba. Cuando se despierta y no sabe que hará el resto del día se desespera. Estoy empezando a creer que realmente es una adicta al trabajo. O al estrés. O a los planes. No lo sé. Solo sé que cuando llegan vacaciones se pone a temblar. Porque empieza a pensar. No puede estar en casa. Se vuelve loca, se pone de mal humor, no tiene ganas de hacer nada. Incluso cuando tiene que hacer cosas. Y eso es lo que le pasa ahora. Debería estar leyendo un estudio pero no tiene ganas.

"No lo consigo. No lo voy a conseguir".

Ella quiere conseguir su sueño. Pero dice que no puede. Lo que le pasa es que lo quiere de verdad, pero cuando es hora de ponerse trazar el camino pierde todas las ganas. No sabe porqué. No se atreve a llamar, no se atreve a escribir, no se atreve a pensar. ¿Para qué? dice. Sabe muy bien lo que quiere y no desea otra cosa pero le da pánico escribir y que otros la lean. Piensa que es patético, que no sabe hacerlo, que no tiene buenas ideas. Y enonces llega el ¿Para qué?. ¿Porqué va hacerlo? Si no tiene madera para ello. Ver como sus compañeras lo van consiguiendo la alegra mucho pero a la vez la deprime más. Porque cree que ella nunca lo logrará. Lo cierto es que sabe que si no lo intenta no lo va a conseguir de veras. Y ya lo sabe, ya. Actualmente se riñe por tardar tanto en alzar la voz y proponer cosas. Pero una fuerza invisible la echa para atrás. Y luego viene el...

"¿Porqué no puedo ser como ...?"

Pues porqué no eres ella. Se compara demasiado. Se refleja en otros y se ve un pez demasiado pequeño para un océano tan grande. Lo único que sabe es que debe intentarlo, pero hay algo, una fuerza invisible que no la deja. Siempre dice que lucha. Que le gustan los retos y las cosas dificiles. Ahora mismo no lo parece, porque como he dicho, no lo está intentando. Pero no hay nada más difícil que luchar contra una misma, contra tus propios miedos. Y está en ello. Eso se le debe reconocer.

"Tomátelo con calma. No mires el reloj. Sal a ver a tus ex compañeros de trabajo o da una vuelta. Recuerda lo que te dijo tu colega delante del Macba con el café en la mano. Debes quemar los cartuchos y los tienes todos aun por empezar. Debes ser tenaz. Y no debes empezar a hacerlo mañana sino ahora. Lánzate. Te salió bien la última vez. Dentro de poco te vas a Berlín. No pienses tanto, hazlo".

"Lo sé. Pero es muy dificil".

Además de aprender a estar sola y a tener vacaciones debe aprender a dejar de pensar. Tiene mucho trabajo.

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